A veces me canso de escuchar pelotudeces. Es así. ¿Qué tiene de malo querer acumular poder, alguien me puede contestar? Pero una respuesta a esa pregunta, no con un sí pero, o en determinadas circunstancias, etc. En concreto, acumular poder es lo que pretende el MST, el PRO, la CC, el ARI, Cáritas, Telefé, el PJ, la UCR, River, Mirta Legrand, ¿y qué? Hay leyes, reglamentaciones y usos y costumbres que regulan esta voluntad de poder más vieja que la prostitución. ¿O el mundo lo inventó una puta? No, lo inventó Dios, que no tendrá pretenciones de poder, pero hasta donde yo sé, tiene el poder sobre todas las cosas. To-das, epa. Y sin control de nadie. Por lo menos, los políticos tienen el control de las leyes. Y si se es político se quiere acumular poder. Nadie, de los teóricos políticos, discute esto. Sin embargo, las filas de pavotes en la oposición que hacen cola para “denunciar” al periodismo pelotudo que tal o cual cosa se hace porque mi adversario “quiere acumular poder” me parecen tan bobas que indignan. Si alguien quiere acumular poder y viola alguna ley en su afán, es otro cantar. Es un delito. Pero el delito es el problema, no la motivación. Repito, para oídos sensibles a la prensa brutita: es completamente legítimo que un dirigente político quiera acumular poder. Incluso, todas las instituciones se han hecho y pensado dando esto como sentado y sin escandalizarse.
¿Porqué entonces esta calidez ignorante contra la voluntad de poder? Tiene muchas explicaciones, que no vienen al caso, pero lo central es que están dichas para que un boludo las crea. Sí, ese señor que tiene buena posición económica (y que está convencido que a sus méritos se debe) que se las sabe todas, que no es necesariamente malo, incluso es generoso, está informado y mira TN, bueno, lo siento, le hablan a él y lo consideran un boludo. No quien le habla, ese es otro boludo, que repite lo que dijo otro boludo y así. El problema, ojo, no es que esté lleno de boludos. Es legal ser un boludo según tengo entendido.
Lo que a mí me saca de las casillas son dos cosas, una el cinismo. Un político que busca acumular poder quejándose de que el otro quiere acumular poder, es un cínico de mierda. Está bien, también es legal. Pero el boludo que, creyendo que está de vuelta en estas cosas, tome en serio esos dichos, eso me da entre pena y lástima. Porque ese tipo es un boludo.
Porque ese tipo cree que sus triunfos son por méritos propios y sus fracasos por culpa de los políticos que solo quieren acumular poder. Y si el tipo es un fracasado, es porque eso demuestra la premisa anterior. Y el tipo es un boludo, psicoanalizado seguramente, pero increíblemente boludo. Y es un boludo moldeado de tanto mirar periodismo basura, repetidores de la torpeza, parlanchines del uso vulgar. Que quiera construir poder, que quiera acumularlo, que no quiera soltarlo, son sentimientos humanos, de gente que, a diferencia del tipo del ejemplo, tiene mayores niveles de tolerancia a la frustración, mayores niveles de autoestima, y por eso se dedica a una actividad con tan pocas gratificaciones y de alta complejidad, muy desgastante y muy necesaria para el mejoramiento de una sociedad que nunca se lo va a agradecer, para que ese boludo se compre un DVD y crea que es gracias a su trabajo, en cambio cuando vuelve a su casa, mira a su mujer amargada, a los chicos gritando y peleando, la TV a todo volumen, la tristeza flotando, ahí, entonces, sintiéndose un estropajo, diga: tengo esta familia por culpa de estos políticos de mierda que solo quieren acumular poder.
Ese es el ciudadano informado, formado y hecho a medida, por la Cadena de Radiodifusión de nuestra estupidez cotidiana. Esos que, si un diputado se duerme en la sesión, comprueban que el mundo de la política es como te lo venía contando, en fin. Pasemos a cosas más importantes. Pero antes de ver cómo salió Boquita, veamos este informe porque ya estalló la guerra del verano entre las vedettes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario