Hace un par de meses estuve en una charla sobre la “realidad nacional”, pequeño recorte que quiere decir tanto que termina diciendo nada.
Había, fundamentalmente, gente de universidades. Pocos estudiantes y bastantes docentes de mi edad o más grandes. O sea, en la isla de los privilegios, ganaban poco o trabajaban gratis. En fin, la charla fue en el interior de la provincia de Entre Ríos, junto a otras dos personas.
Yo veía que, mientras hablaba, me miraban un poco raro. La puta que los parió, pensé, me metí en un antro de republicanos (esa mezcla de republicanos españoles y yanquis que supo parir el ladriprogresismo).
Cuando dije que había un núcleo duro de pobreza para lo cual el Ministerio de Trabajo (quizás uno de los mejores desde la vuelta de la democracia) no alcanzaba y el Ministerio de Desarrollo Social se mostraba inútil, por razones varias; ya las boquitas pintadas me junaban insolente . Que hay gente durmiendo en las calles, pibes comiendo de la basura, y madres mendigando. Que ese era el problema nacional, el importante, el más urgente, el inmediato.
Que esa gente eran, probablemente, terceras o segundas generaciones de expulsados del campo, que, aunque suene duro, viven más y mejor en las ciudades que volviendo al esclavismo rural. Que con poco dinero, sin tantos sinvergüenzas de funcionarios, con un poco de organización estatal eso se erradicaba. Que no se hacía por distintos motivos que se me escapaban, pero se me ocurrían tres.
Uno es que en el Ministerio de Desarrollo Social hay muchos grupitos bonaerenses que juegan la suya (la interna) con la plata abundante del ministerio. Y la otra es la más dura: falta de voluntad política para organizar las capacidades estatales para no quedar rebalsados, y aguantarse la inmensa reacción que sobrevendría. Si esto se hace en serio, habría, dije, una inmensa reacción del soporte sociológico de la derecha.
Y enumeré, hasta el momento donde todos estaban de acuerdo, las fuentes de financiamiento rápido y fácil.
Hablé de la necesaria solidaridad de las clases medias altas, sostén político de la eventual reacción. Ni bola. Menos, todavía, si hablaba de que la plata tiene que salir de algún lado, y hay que ponerla.
Gravar la renta financiera, sí, muy lindo, pero mañana el país estalla y no hay un sostén político para eso. Ojalá se haga, pero hay que ser realistas. Medir la correlación de fuerzas y en fin, sí, todo bien, pero no hay que discutir el huevo o la gallina: siempre supimos que sin una fuerza política organizada no se pueden hacer cambios de fondo, y la eliminación de los desechos sociales es una pérdida de incentivo para la continuidad de la brutal ingeniería neoliberal. Es discutible mi postura. Muy discutible, si se quiere. Lo interesante, creo, fueron tres cosas:
-La interminable discusión psicologista de causalidades, la interminable discusión de dónde debería salir la plata (y la idea de que todos somos víctimas de la desigualdad fiscal y el gasto estatal: un bolazo inmenso) y sobretodo el efecto reactivador de sacar de la miseria absoluta a la gente postrada.
Cuando salí de ahí, pensaba: si no tuviese un efecto reactivador, ¿habría que dejar morir a esa gente? ¿Si para conseguir el poco dinero que hace falta, habría que resignar un pedacito del estado (la parte más cara, dicho sea de paso) que nos toca a nosotros, la clase, si se quiere, media, se volvería inviable?
Mierda, che, cómo estamos.
Así cualquiera es progresista o cristiano o solidario o de izquierda o socialista o sensible o macanudo. Si no me tocan el coche que quiero comprar el año entrante, si no me hinchan las pelotas con los bienes suntuarios, si no me encarecen el restorant, si no me ponen nervioso con los colegios privados, si quieren eliminar privilegios en los templos del saber ahhh, no, pará, no hay que pagar la deuda, gravar la renta financiera, estatizar YPF, alquilar la luna, cortarle la cabeza a otro. Bien, de acuerdo. ¿Esperamos, entonces, sentados, la revolución?
Dije lo de siempre, muy lindo todo.
3 comentarios:
A pesar de que el anonimo de chubut te dio la cana y nos mostro tu verdadera personalidad ,te sigo leyendo y comparto con vos el mambo de ser distribucionista en una sociedad ombliguista ,y tambien lo de putear en publico a los giles ,y revolear la bandera entre gente de corbata ,y que se vallan todos al carajo y al de chubut ni olvido ni perdon ,manda vino pulenta.
Saludos.
Lucas, me gustó su post, pero no comparto el efecto reactivador de gente postergada durante tantos años de olvido.
Por otro lado, olvidándonos de lo sucedido en 2008 con el conflicto sojero, las movidas desestabilizadoras, Duhalde, y el Grupo... cuánto tiempo y cuánto poder se necesita para construir una fuerza política organizada capaz de producir estos cambios estructurales??
Se que el post no apuntaba a esto, pero es algo que me gustaría saber, a ver si arribamos a la conclusión que, sobre todo, lo que prima (o primó durante mucho tiempo) es la falta de decisión.
Saludos
Bien Lucas, ese es mi Pollo, me alegro que en lugar de criticar a los opositores y denigrarlos, reconozcas cuales son las debilidades de este gobierno y la falta de voluntad politica de algunos sectores del mismo paracomenzar la redistribucion de la riqueza(el quid de la cuestion)
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