Atesorar

Avanza unos pasos, se detiene, deja la bolsa en el cesto de basuras de la terminal de trenes. Un señor de bigotes lo mira apenas mientras el hombre del gabán se va. El señor de bigotes se acerca al tacho de basura, se queda parado al lado. Un tipo de unos treinta años, sentado a unos metros, deja el diario y lo mira fijo. El hombre del bigotes piensa que, en ese momento, nadie lo mira. Una mujer embarazada pasa con un cochecito donde lleva trillizos por delante del tipo que dejó de leer el diario. En ese momento, entonces, el hombre del bigotes se agacha, revuelve el tacho de basura y toma algo, que se lo pone rápido debajo de la campera y sale apurado, a paso rápido, por la puerta de la terminal. El tipo deja el diario, lo corre, antes de que doble la esquina se le tira encima, lo derriba, le saca un papel de entre las ropas, se levanta y sale corriendo. Un auto arranca a toda prisa. El tipo sigue corriendo, se mete en un taxi que sale a toda velocidad seguido por el otro auto. Un camión se frena en la esquina, lleva gallinas, el taxi pasa, el auto queda atrás, tocando bocina. La puerta del camión se abre y se desparraman las gallinas. El conductor del taxi sonríe: tiene una cicatriz en la cara. El pasajero desde el asiento de atrás, saca un papel y se lo da, el taxista frena de golpe, busca en la guantera una lupa: es una nota impresa de una página de internet, que dice esto.