25 oct 2008

Los tiempos de la 126

Cuando tras la derrota en el senado, con el voto no positivo de un tal Cobos (que fue fugaz estrella de aquellos años) se tuvo que rastrear un saldo político, se encontró el escenario con un kirchnerismo debilitado, una corriente peronista ortodoxa flotando y amagando irse a la derecha peronista y finalmente naufragando y volviendo tibiamente al redil, y fundamentalmente un fenómeno curioso: la oposición, ya claramente en la derecha del dial, no había capitalizado el debilitamiento del kirchnerismo.
Este dato derivaba, entonces, en una fortaleza de las corporaciones, que ideológicamente se sintieron fortalecidas detrás de la llama de la corporación vistoriosa: el campo, para más datos. Ahí, entonces, volvieron los sueños corporativos que por cierto duraron menos que un gobierno de Uriburu. La actual ofensiva sin sustento masivo anclado en las calles, o en las rutas frenando camiones, deja desnuda a la corporación financiera que se sintió favorecida hasta hace poco, como ingresando en una nueva etapa. El único detalle es que, esta discusión por la resolución 126 de estatización de las jubilaciones, encuentra a la corporación financiera cayéndose a pedazos en el mundo: es decir, en los países que viven de la máquina de hacer dinero.
La corporación de periodistas no acierta, ahora, con un discurso que pueda darle sustento progresista a un planteo reaccionario, arte sofisticado que deriva de haber leído mal lo que sucedió con las corporaciones agrofinancieras. El triunfo pírrico de éstas, no fue porque lograron darle un discurso progresista, onda Sí o Lozano, a un planteo reaccionario, sino porque, un sector de la sociedad, se encolumnó detrás de un discurso reaccionario. Y ese sector es, además, el que incluye a los actores sociales con más voz y fuerza. Ningún grupo de desocupados, por ejemplo, podría desabastecer las ciudades, hacer requisitorias de camiones, decir las barbaridades que se dijeron, y victimizarse con el apoyo entusiasta y festivo de las corporaciones que mandan. Las que de verdad mandan.
Pero ojo, el 11 de marzo, nadie se enteraba de que el campo, nuevamente, llevaba adelante un paro patronal, de los varios ya realizados. Que en gualeguaychú, como desde el año 2002, se cortaba la ruta en contra de las retenciones. Tenía que madurar el discurso. Ahí, los componentes progresistas de la Unión Democrática se encargaron de proveer un sustento ético y épico a tipos muy jodidos, como son nuestro sujeto social de la revolución: los empresarios sojeros.
Hay que esperar, dejar que madure la oposición, sobre todo en el segmento a sueldo de sus limpias conciencias. Y hacerles caso, mucho caso, en que no hay que polarizar, crispar los ánimos, ni tener muchos reflejos: esas cosas no pasan en los países del primer mundo. Hay que darles tiempo, escenario, ser muy reflexivos, dubitativos, discutir comas, no atacar en bloque: hay que dejarlos que se reagrupen y puedan cagarnos.
En nombre de la democracia, la alternancia, la república, la democracia, la distribución de los ingresos, el parlamento, el consenso, la ética, dios y la virgen maría y si hace falta, las hijas de Cleto y a sus compañeras de escuela.

2 comentarios:

Ezequiel dijo...

Voy a tener que poner copyright... Muy buena. La sensación es que pasa Diputados, pero eso hoy, antes del Lobby feroz.
Según Artemio, los números no dan en Senadores, salvo -agrego yo- acuerdo con la UCR, que durante diez años se opuso -ejem, ¿y De La Rúa, que profundizó el sistema?- y ahora, fiel a su tradición... se opone.

Unknown dijo...

Ezequiel, creo que si la cosa se dilata la oposición tiene chances. Pero si se vota rápido, no.