Una amiga me explica lo que quiere decir un nombre que ya olvidé, una categoría , se refiere a los niños (ricos) que tienen tristeza porque están aburridos. No son niños de verdad, son un segmento de Marketing.
Son chicos que aprendieron, ya, lo principal de tener plata: la posibilidad de aburrirse. No viajarán por las nubes, no le ganarán a los malos en un planeta muy extraño, muy bien: no tendrán una vecina que les enseñe los trucos de la rayuela, ni sabrán defender el territorio de las bolitas. No tendrán buenos rulemanes ni sabrán hacer un auto que se deslice en la pendiente, no sabrán con una plancha de tergopol deslizarse calle abajo y la tormenta arriba. Hurra.
No se deseperarán por saber cómo salir de ese agujero maldito de la tierra donde está el centro del mundo, para hacer 20 mil leguas en un submarino y no sabrán recorrer el mundo en globo aerostático ni meter el gol que jamás Maradona. Qué bien. No les quedará chico el mapamundi, tienen todo el country para recrearse. Por la seguridad, que hoy es lo prioritario.
Tendrán barbies y canales codificados, tendrán consolas último modelo y karting con motor, sabrán inglés y jugarán al rugbi; pero se aburrirán. Qué inconveniente. Creerán, desde temprano, que tienen derecho. A eso, tan sofisticado, que es aburrirse. Les espera una vida estresada, llena de mundo, de vértigo, de búsquedas de seguridad. Les espera, una vida, ya hecha. Sin aburrirse. Solamente desgraciados. Como sus padres.
Son chicos que aprendieron, ya, lo principal de tener plata: la posibilidad de aburrirse. No viajarán por las nubes, no le ganarán a los malos en un planeta muy extraño, muy bien: no tendrán una vecina que les enseñe los trucos de la rayuela, ni sabrán defender el territorio de las bolitas. No tendrán buenos rulemanes ni sabrán hacer un auto que se deslice en la pendiente, no sabrán con una plancha de tergopol deslizarse calle abajo y la tormenta arriba. Hurra.
No se deseperarán por saber cómo salir de ese agujero maldito de la tierra donde está el centro del mundo, para hacer 20 mil leguas en un submarino y no sabrán recorrer el mundo en globo aerostático ni meter el gol que jamás Maradona. Qué bien. No les quedará chico el mapamundi, tienen todo el country para recrearse. Por la seguridad, que hoy es lo prioritario.
Tendrán barbies y canales codificados, tendrán consolas último modelo y karting con motor, sabrán inglés y jugarán al rugbi; pero se aburrirán. Qué inconveniente. Creerán, desde temprano, que tienen derecho. A eso, tan sofisticado, que es aburrirse. Les espera una vida estresada, llena de mundo, de vértigo, de búsquedas de seguridad. Les espera, una vida, ya hecha. Sin aburrirse. Solamente desgraciados. Como sus padres.
2 comentarios:
CHe, pero ese es mi argumento sobre el che guevada!!!!
César.
Es así:
No podés decir que porque sea rico no tenga pensamiento social.
:P
Eso me dijo una vez uno que me dijo que los ricos también podían ser comunistas.
Lo que si tienen estos ricos, como Pérsico el piquetero, es soberbia de clase. Son gente muy soberbia.
César.
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