Puteríos de la blósfera.

Yo tengo un amigo que es un señor. Demasiado. Así que cuando se le ocurre una idea medio sucia, de esas que uno diría “¿a él se le ocurrió? No lo tenía….”; lo que hace es contármela como al pasar. Por supuesto, yo suelo agarrar viaje en casi todas. Así que, cuando Mend ahhh, no, perdón, cuando mi amigo me dice: “sería bueno que existiera un blog sobre los puteríos dela blósfera…” yo me entusiasmo, creo el personaje, ya voy armando una cuenta de gmail y después, mi amigo me dice: pero sería muy obvio si lo hacemos nosotros. Es cierto. El es demasiado caballero y yo demasiado hijo de puta. “Es que soy progre” me contesta. Y sí. Es así.
En fin, hasta le puso el nombre: Putipedia: los puteríos de la blósfera.
¿Qué a raíz de qué salió el tema? Ah, esa es la parte que no se cuenta. Pero, la verdad, yo no lo podría hacer porque la cocina grande de los chimentos está en la ciudad de Macri. Ahí en Buenos Aires se cuecen las habas. Y como el ING (que tiene buena data) no tiene tiempo, tiro la idea a ver quién la recoge. A la idea (te lo aclaro ALE porque vos siempre andás preguntando ésa quién es y esa otra y así: recoger la idea nomás, pero un blog del tipo que menciono podría servir también como servicio público). Porque, a la agitada y nocturna vida al límite del ESC la conocen todos, pero por ejemplo cuántos son los M T, porqué PAB parece siempre enojado, qué es de la vida de ULS o cuándo duerme EZM, esas cosas se saben menos. O cuál es la novia de NAT (o bien, cómo se le ocurre a una chica –si es que es una chica- andar con NAT), o si MAN tiene bigotes de verdad o solamente escribe como si tuviera bigotes, esas cosas, por ejemplo, se saben menos. Así que dejo la idea, nomás. Alguno la recogerá. A la idea. Porque en el terreno sexual, sin ir más lejos, hay fructíferas informaciones, y ni hablar en el terreno del circunstancial adversario (fooo, qué palabra) donde hay algunos que son divertidos leerlos, otros muy inteligentes, otros unos bobos, en fin, como en esta parte del mundo. También crispado y dividido y enojado, pero menos culposo y autoexculpatorio.

el paparazzi que llega pronto dijo...

Yo no quiero ser chusma, ya que odio los chismes, pero me contaron que cierto Natanael piensa hacerle juicio al fabricante del aparato con el que éste habitualmente se hacía la planchita en el flequillo con raya al costado que lo caracteriza en su condición de Emo, ya que el vil aparatejo le quemó el pelo y se lo dejó todo pachucho, pobrecito.
Y además, por una lengua viperina me enteré de que a cierto perro bloggero, homónimo del amigo de Inodoro, le gusta más el Cat Chow que el alimento que le corresponde, mire Usted qué bomba que le tiro.
Y dicen los vecinos que ya están podridos de que la nave espacial venga a las 2 de la mañana a encandilar todo el barrio cuando viene a buscar al marciano Derek para salir de joda por ahí.
Yo sigo diciendo que odio los chismes, pero también me ha dicho un vecino de Lucas Carrasco que no es tan buen cocinero como se presenta en alguno de sus posteos: Vio a varios comensales invitados por el muchacho vomitarse todo en la esquina de la casa, y diciendo que la próxima vez sólo iban a aceptar un tecito con galletitas express.
Y ni hablar del mecánico amigo de Artemio, que está cansado de reforzar la suspensión izquierda del Torino con el que se pasea por la costa, porque el desaprensivo sobrepeso del admirador de Credence ya le destrozó varios amortiguadores.
Bueno, por hoy basta, porque yo odio los chimentos, y no quiero que nadie ande diciendo por ahí que soy una vieja chusma, mejor me voy a barrer la vereda de internet a ver si me entero de algo....