6 ene 2009

La Kirchnerísma explicada a los padres.




Nuevo videojuego emboba a los niños en las playas de la costa bonaerense.

De Nuestra Redacción.
EFE/ADEPA/FAA





-Se trata del juego La Kirchnerísma, la verdad en lácteos, que presenta un divertido vaso de leche batida con espuma de varios colores y sonidos distorsionados. El objetivo del jugador, es tomar el vaso de leche, teniendo en cuenta que no está resuelto el TEMA de la lechería. A medida que el TEMA se va resolviendo, el precio de la leche va aumentando, y el niño debe hacer mayores esfuerzos para no quedarse sin energía. Para colmo, debe correr a actos políticos, comer choripanes y tomar vino en caja, lo que le resta energía. Cuanta más leche pueda consumir, consiguiendo créditos, mayor puntaje. Por supuesto, como en el mundo rural, los créditos nunca se pagan.
Hasta aquí, se trata apenas de una versión típica de los videojuegos clásicos. Lo novedoso, es que como los chicles puaj con sabor horrible que estallan en el paladar, en este juego no hay reglas claras, el panorama cambia constantemente y el único objetivo es acumular poder, ingiriendo leche hasta reventar. Lo cual genera constantes e innecesarias crisis.
La falta de reglas claras, la ausencia de estímulos, la imposibilidad de pensar el largo plazo y la constante invención de fantasmas, generan en los niños de 3 a 38 años, de bajo poder adquisitivo y segmento XYW, un verdadero dolor de cabeza en los padres.
“Mi hijo, desde que juega a La Kirchnerísima, no estudia, no trabaja, no hace nada: dice que vive de un Plan Social, se ríe y me falta el respeto” declaró a este medio una madre preocupada que suele trabajar de fuente informativa para Nélson Castro.
“No me gusta pegarle a mi hijo” dijo, por su parte, un peronista republicano, “pero es que si no es con rigor, no larga nunca La Kirchnerísma. Y yo quiero que el día de mañana sea un hombre de bien, o un hombre, porque ya lo noto medio putito”.
De acuerdo a la opinión de diversos especialistas, como la psicóloga Susana Romero, experta en paneles televisivos, “lo ideal sería que los chicos jueguen, pero bajo la supervisión constante de los padres y en el tiempo que se estime necesario; hay que armonizar la necesidad de poner límites con la necesidad de poner límites”. “Los chicos necesitan límites” concluyó.
En cambio, el psiquiatra forense consultado por este medio, dedicado a la rehabilitación de pibes chorros, que prefirió no dar su nombre (aunque negó ser informante de Nélson Castro) aseguró que “esta adicción, como cualquier otra, debe ser tratada por profesionales, mientras tanto, en vez de atarlo a la cama conviene primero hablarles y tratar de que entiendan porqué se los ata a la cama”.
El fenómeno, definido por Marcos Aguinis como “una crisis de valores propia del tercer mundo, del primero y del segundo, pero, ojo, toda crisis es una oportunidad” ya está a las puertas de su casa. Ahí tiene, doña, otra cosa de la cual prevenirse. No se olvide. Que el mundo estará lleno de miedos, pero nunca es suficiente.

4 comentarios:

Rob Rufino dijo...

Que redondito y divertido está este post.

Una joshita!!!

Abrazo.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

No, si te digo que el periodismo-amigazo es el tapado de 2009.

Unknown dijo...

Gracias, Rob!!!

Escriba, ¿no viste que hasta tengo la publicidad del Colo de Narváez?

Nerd Progre dijo...

Excelente. Pero ojo, que Pancho Ibáñez ya anunció que junto con La Nerviosísima, ya presentarán una denuncia judicial por apropiación de nombre: "Eso de La Kirchnerísima es una estrategia perversa por confundir las mentes de los consumidores, los más pequeños, a los que La Nerviosísima tiene siempre en mente, cada vez que achicamos el envase de Dañoniño o cuando aclaramos que se nos escapó un poco de agua oxigenada mezclada con la leche."

"El tema de la leche no es joda, y nosotros por algo somos 'La verdad lactea'. El consumidor debe decidir si quiere poder ir regularmente al baño como Maria Laura Chantillán o creer las mentiras del INDEK, usted decide" dijo pancho mientras hacía como que tomaba de un vasito de Actimel (evidentemente vacio).

FC