La posibilidad de un Golpe al Estado

El año que entra puede ser definitorio de lo que suceda en los próximos años.
Hace poco más de dos meses, estaba en la casa de una familia amiga. Ella casi ya es politóloga y él es un importante dirigente de la izquierda y la defensa de los derechos humanos.
Yo imaginaba tres escenarios: uno es que la oposición en sus dos vertientes se una y gane la elección legislativa o logre un empate (hay una corriente menemista o peronista de derecha, que hoy disputa simbólicamente el peronismo ortodoxo; la otra es una vertiente de variados sesgos que conjuga en su interior una amalgama solamente pensable desde el antiperonismo) o bien, lo que creo en este escenario más probable, exista una disputa sobre la legitimidad del gobierno tras las elecciones. Eso derivaría de la fragmentación territorial del voto (y la noción compartida por los verdaderos dueños del país de que ellos son la legítima conciencia de la patria, no las mayorías, y que, como dijo Sebreli, Buenos Aires es una gran ciudad rodeada por el feudalismo. Ergo, citando a Carrió ahora, las clases medias deben liberar la conciencia de los pobres). Buenos Aires, la ciudad, para Michetti, Santa Fe para Binner, Córdoba para Juez, Mendoza para Cobos. Ese es el escenario fragmentado, que derivaría –en réplica con el 2007- en análisis de la derecha periodística en una combinación de ilegitimidad, racismo, fraude, voto calificado, etc.
Si la oposición se une temprano en el año, la disputa política se reencauza hacia el sistema representativo. Este es a todas luces el mejor escenario. ¿Porqué, en tanto yo no soy neutral sino que tengo mi voto cantado por el kirchnerismo?
Porque el otro escenario presupone que la oposición no se una, y ahí pueden pasar dos cosas. La primera es que el kirchnerismo gane en la mayoría de las provincias y en la mayoría total, y que la oposición fragmentada, gane distintos distritos, que no le alcancen para articular el escenario de la ilegitimidad democrática del gobierno, aunque lo intenten con sus voceros mediáticos. En ese caso, sería una continuidad de lo vivido en este año (con todo lo que eso implica).
O bien, y acá, entonces, se abre el tercer escenario.
Si no hay oposición unida, es probable un golpe de estado.
Contaba la historia de la familia amiga porque me miraron como si fuera muy raro, y muy desubicado lo que decía.
Y quizás, el lector ahora también me esté mirando como si me dura la resaca de las fiestas. Ojalá me equivoque, en serio.

Creo que estamos muy cerca de la posibilidad de que a la violencia de la derecha mafiosa, se la contraste. Creo que estamos más cerca de lo que la mayoría de los análisis supone.
Veamos.
Si no hay reunión opositora, las fuerzas históricamente golpistas, amalgamadas en el rancio antiperonismo, son capaces de cualquier cosa.
Y estamos, peligrosamente, al borde de la sangre.
Hay que sumar el efecto Cleto. ¿Cuál es el efecto Cleto, para el cliente del grupo Clarín? Es el diálogo, qué bien este tipo, quiere dialogar, es como Razinger: quiere dialogar con todos los heterosexuales.
Para los que juegan en mesas de arena y les molesta este gobierno (muchos actores institucionales que han sido los sostenes de las dictaduras. Enumeremos: la santa Iglesia Católica, la delincuencia organizada en la Asociación Empresaria Argentina y sus voceros comunicacionales, las embajadas de los Estados Unidos y la combinación de pinzas entre países Europeos –piensen en el fantasma de la nacionalización de YPF- y Colombia, las Fuerzas Armadas, los partidos de la izquierda oscura, las bandas de secuestradores que afloraron con el duhaldismo, un sector de la CGT liderado por el prestigioso Barrionuevo, las organizaciones de empresarios rurales, los convulsionados mercados financieros) el efecto Cleto, para ellos, les dice otra cosa. Les dice que si Cristina Kirhcner renuncia, asume Cleto. Esa amenaza es constante, certera, concreta. ¿Y puede, o en qué escenario, puede renunciar Cristina Kirchner?
Cleto, en dos días desanda los principales nudos gordianos que les molestan a los tipos más pesados de este país.
Durante el desabastecimiento, vimos en acción a varios de estos elementos:
-La unidad (como en el 76, en el 55, en el 30, en todo golpe de estado) de las patronales que representan a los grandes, pequeños y medianos dueños de la tierra, ahora en un escenario de fluctuación asombrosa de los siempre fluctuantes mercados de comodities. Pero, a esto hay que sumarle el activo rol de la Iglesia Católica y su despliegue territorial, la provocación del vocero de la Asociación Empresaria Argentina a través de Ernestina Herrera de, ejem, Noble y otros delincuentes, la izquierda oscura volviendo a ser furgón de cola de la derecha, la actividad de grupos organizados (¿En la policía bonaerense?) diseminando rumores alarmistas, la búsqueda de sangre, el silencio o abierta complicidad de un sector del radicalismo, del socialismo, el repliegue de la Unión Industrial, la división ya antes plasmada en las asociaciones de bancos, el racismo y el clasismo de Miguenz, Buzzi y De Angelli, las operaciones contra el dólar, la sistemática estrategia de sembrar miedo económico desde la Asociación Empresaria Argentina (montada sobre la torpe intervención del INDEC) y, un elemento distinto a todos los escenarios anteriores, la solidaridad de Brasil, Venezuela y Chile, que fueron claves.
Sumemos, algo más, central: la ausencia de organización por parte del kirchnerismo para sortear el desabastecimiento, la inflación en alimentos, las ciudades cercadas, la soberbia patronal. Y alto acá, una chispa contrafáctica: ¿qué hubiese sucedido si tal organización existiera? La Mesa de Enlace hubiera redoblado la apuesta, y ahí, mi dios. El elemento clave acá es que el kirchnerismo no reprimió, pero sus bases sufrieron en carne propia las consecuencias de la brutalidad de la derecha. Por eso, la ausencia de un actor organizado capaz de sortear la inhumanas consecuencias de otro golpe de la derecha, no termina de configurar el escenario de la imposibilidad del choque.

Por supuesto, el rol de “alivio para lo que quiere la gente” (linda), siempre lo cumplieron las Fuerzas Armadas, el día en que los Amigazos TNmbaun se daban cuenta a qué intereses servían. Ese rol, en cambio, lo cumplió Cleto. Y lo dice explícitamente: si no en el país había violencia. Pero no lo cumplió –y atención con esto- por un escenario creado por él, sino por un escenario que nadie estipulaba, que armó inteligentemente el gobierno, aún a riesgo de quedar herido, quizás sin retorno.
¿Cuál es, en concreto, el mensaje?
Nos están diciendo, como dijo De Angellis el reprimido, que se pueden plantar en las rutas en marzo “y no salir más”.
¿Cómo se evita, entonces, la violencia del desabastecimiento, de las trompadas en las rutas, de la prepotencia racista de las patronales primitivas?
¿Qué se hace, sin Storani de Ministro del Interior, sin Graciela Fernández Meijide en Desarrollo Social, sin Duhalde de Presidente, sin Juan Alvarez de Ministro de Seguridad, sin Chacho Alvarez de Vice, sin Hermes Binner mirando para otro lado, qué se hace, para terminar con un bloqueo de las ciudades que puede durar 129 días?
Se apela a la política y a las instituciones, algo que desconocen las fuerzas criminales de este país. Y lo van a seguir desconociendo.
Ahora, con la valiente ayuda de los que se van, porque este gobierno que fue de izquierda cinco años, es de centro derecha desde hace uno. Por la Ley de Glaciares, digo. Muy lindo todo, saludos a Firmenich y a Gorriarán Merlo, che.
Mañana, otra vez, serán inocentes.
Hacia ahí, parece, va la cosa.
Cortes de ruta por tiempo indefinido.
Desabastecimiento, inflación, agitación al interior de la CGT, la CTA dividida, el Grupo Clarín volviendo a exigir rescate a las víctimas, cadena de radiodifusión privada diciendo qué barbaridad, Doctor Grondona, la constante búsqueda de un muerto que practican ciertas sectas de izquierda oscura, un silbido de Duhalde convocando a sus amigos, un secuestro, otro Gerez, otro Julio López, otra Fernanda Aguirre, otro Axel Blumberg, y uno, dos meses, la cosa estalla.
De pronto aparecen voces pidiendo con el mayor de los cinismos que Cristina termine su mandato, que enviude, que hay una dictadura, escenas de hambre por el desabastecimiento, la crisis internacional, Estados Unidos que ahora es demócrata financiando las usinas necesarias, los Amigazos TNmbaun (bueno, el que venga, él ya está desgastado y lo tirarán al tacho de los impresentables tras un muchas gracias, te debemos una) diciendo que vemos fantasmas, que el mundo a cambiado, que no existe la oligarquía ni el fantasma Casper. ¿De qué oligarquía me hablan, Amigazo?
Minga, zoológico, enchastro, la democracia, andate conchuda, pantalla divida, Bergoglio, Morales Solá, un muerto.
Paralelamente, el debilitamiento de Chávez por la caída del precio del petróleo (muchas turbulencias en Bolivia, seguramente) quizás un intento de debilitamiento sólido a Bachelet, una agudización de la violencia en Brasil para que Lula no imponga su candidato, una manito de Tabaré Vazquez para enturbiar el panorama (una sentencia, por ejemplo, contraria en La Haya y los De Angellis pidiendo guerra).
Este escenario lo han intentado por lo menos tres veces después de presentar y dejar preparado el efecto Cleto.
No les salió.
Hay una foto patética de eso.
De Angellis participa a la mañana de una marcha del PCR contra el presupuesto en el Congreso Nacional (paralelamente, el PRO cierra con la Coalición Cívica Aramburista un acuerdo para aprobar el presupuesto porteño, el más beneficiado e injusto del país, siempre administrado por progresistas), eso fue por la mañana y le tiran pidras a la policía (yo no fui, dirá luego, como siempre, el millonario campechano) y por la tarde participa de una marcha contra la estatización de las AFJP, con los chicos Pro y las viudas de López Murphi.
Las dos marchas fueron transmitidas como parte de la misma cosa por el Grupo Clarín, cuidándose de mostrar lo flaco de las columnas (al otro día hubo marchas a favor de la estatización de las AFJP que no fueron transmitidas).
Ese mismo día, hubo corridas contra el dólar, insufladas noticias de “inseguridad” transmitidas por la Asociación Empresaria Argentina, y correos electrónicos en cadena que alertaban de un nuevo corralito.
Ese día, la cosa les falló.
Quizás, como pasó con Blumberg, a De Angelli y la delincuencia de la Mesa de Enlace, las empresas comunicacionales de la Asociación Empresaria Argentina los ninguneen porque ya no les sirven (lo repito para que quede claro: basta mirar la nómina de empresas que están ahí dentro, empezando por el Grupo Clarín, para entender que ése es el verdadero partido político de la derecha, el verdadero peligro a la democracia, si se une, como pasó, con los segmentos financieros que representa la Mesa de Enlace). Ya se mostraron demasiado, ya los conocemos todos y son, simplemente, unos jodidos de mierda, demasiado impresentables.
Quizás el actor político que ocupe las rutas sea otro. No veo cuál. La Mesa de Enlace está desgastada, ciertamente. Pero la rabia que pueden juntar cuando vean que si el kirchnerismo gana las elecciones de este año puede volver a ganar en el 2011 (y es el único partido que tiene un candidato y las estructuras políticas organizadas para disputar, hoy, una elección. Carrió no tiene ni fiscales, Binner está en un partido que cuando va solo saca, como en el 2003, el 1%, el PRO no supera la General Paz, el MST de Vilma Ripio, ése sí, juaz). La rabia que pueden juntar, el odio sedimentado, acumulado, lo que está en juego, pueden mover, forzosamente, el escenario.
¿Podrá la Asociación Empresaria Argentina, imponer a sus empleados la necesaria unidad electoral?
Hasta ahora, no.
Porque la Mesa de Enlace pretende que haya una especie de interna abierta donde luego se junten todos en el Congreso (¿les suena eso? ¿No le decían hegemonía, no hacían presentaciones en la justicia? Ay, los republicanos, los republicanos…), porque eso les posibilitaría armar un partido agrario. Por la misma razón que piden lo que ellos llaman “federalismo” fiscal, o sea, volvernos Yugoslavia: los actores principales de economías atrasadas pueden disputar con relativo éxito contra las administraciones provinciales la puja por subsidios, se les dificulta la extorsión al estado nacional porque representa más intereses, más provincias, más pobladores (por eso odian las retenciones, porque se cobran en el puerto, no porque queden en el puerto: sino pedirían aumentos en el inmobiliario rural). La fragmentación, a los ricachones del campo, les conviene.
Mientras las empresas comunicacionales de la Asociación Empresaria Argentina multiplican las informaciones del rosqueo constante de las pymes opositoras, de reuniones insignificantes, de tácticas marginales, de sus empleados, la Mesa de Enlace teje por abajo con los representantes provinciales y municipales de la oposición.
El golpismo en su modalidad del siglo 21 unió a estas dos fracciones. Ahora, no tanto, producto de la crisis financiera internacional y la estatización de las AFJP (no es que minimice el verdadero parteaguas del nuevo clivaje que divide la centro derecha y la centro izquierda: la Ley de Glaciares).
De un lado, la Asociación Empresaria Argentina tiene a Cleto, del otro, la Mesa de Enlace (y los segmentos financieros que la acompañan) tienen a Hermes Binner (por razones que tiene que ver con que él no tiene reelección, con la interna de su partido contra Giustiniani y porque ya desde el 2003 Hermes hacía campaña en el interior de Santa Fe en las sedes de la Sociedad Rural, los que financiaron su campaña, como parece demostrar el hecho de que asista puntualmente a la cena anual de la organización que nuclea a los sojeros, controlada por Monsanto).
Mauricio Macri, inteligentemente, surfea en los dos polos de organización de la derecha.
Está, por ser porteño y por el tipo de derecha que representa, más cercano a Carrió, a la Asociación Empresaria Argentina que a los segmentos financieros que representa Hermes Binner y la Mesa de Enlace.
En este tipo de disputas, siempre hay una solución superadora, salomónica: es Macri.
Pero si se intuye la posibilidad de ganar. Sino, querrán patear la mesa. Y que se caigan, con una fachada institucional, la democracia y la voluntad popular.
Llámele efecto Cleto.


P/D: ¿ Quéda demostrad ala posibilidad de la violencia? No. Queda sentado el precedente, un escenario posible, la verificación de una experiencia. Si el peor de estos escenarios se da (y si depende exclusivamente de la responsabilidad democrática e institucional de Biolcatti, Buzzi, De Angelli, Bergoglio, Ernestina Herrera de Noble, Duhalde, la prensa de derecha, entonces, estamos fritos) entonces, basta acomodar el casillero: ¿nada harán Moyano, los gremios de la construcción, los sindicatos de industria mecánica, los movimientos sociales, la UIA, las asociaciones de bancos nacionales, las embajadas sudamericanas, Brasil, Venezuela? Uribe se sotiene en buena medida porque existen las FARC. Sin las FARC, no hay Uribe, no lo habría hoy, acá, en esta Sudamérica.
¿Es sostenible un gobierno de Cleto, en esta Sudamérica, con la crisis mundial, con una ya entonces desatada puja entre bloques del poder, con el desfinanciamento del estado que a gritos piden ambos bloques? ¿Es, de verdad, sostenible?