Giro a la derecha

¿Giro a la derecha?


Entre Palermo y San Telmo aunque el partido se juegue en Floresta.


1)
A mí, para que quede claro, no me gusta este gobierno. Las últimas medidas “anti crisis”, mmm, ¿bajar los aportes patronales? ¿ qué es eso?. ¿Eliminar impuestos a las ganancias a trabajadores que ganan más de siete lucas? No, no. ¿Financiar autos, bah, dicho de una: financiar y asegurar y garantizar la rentabilidad de multinacionales porque de paso se “preservan” los puestos de trabajo? Bárbaro: delarruismo básico, sólo que mejor hecho. Puedo comprender que hay que alentar expectativas favorables, que la economía tiene un componente mayor de psicología de masas que de matemáticas o leyes de mercado. Bien. ¿Pero bajar aportes patronales? Este gobierno, veamos.
A mí me da bronca su impronta de clase media, a mí me da bronca, una bronca marginal y callada, que se construya ese relato donde la clase media es víctima fiscal. Yo detesto el chachoalvarismo, esa posta que lleva Binner. La clase que usa el estado no quiere financiarlo, nada nuevo: nunca fue solidaria, y siempre será así. Inocente. Y víctima.
A mí que me chupen un huevo.


2)

Pero eso siempre estuvo en los genes de este gobierno. No hay nada nuevo bajo el sol. Tumini puede creer que hay un giro a la derecha, pero en muchas cárceles del país, no creen eso. Los milicos, esos que bajo un juicio ajustado a derecho se venden y se entregan y se botonean sin honor ni ocho cuartos. Demuestran que además de sanguinarios y crueles, son botones. Y que las salvajadas que hicieron fueron porque son psicópatas, la ideología reaccionaria fue una excusa. Podrían haber sido estalinistas, haber estado en la Revolución Cultural China o con Pol Pot: hubiesen hecho lo mismo. Para ellos la tortura es un asunto administrativo. Ellos no creen que haya un giro a la derecha. Los más lúcidos conservadores de este país, como Urtubey, Scioli, Binner, Busti, tampoco lo creen. Los conservadores más sinceros como Macri, Sapag, Romero, Isfrán, tampoco. Eso del giro a la derecha lo dice la gente linda, la gente bella, la gente bien tratada en TN. Con esa gente, prontito, aguantame un cacho, haremos fooo qué revolución, uhhhhh, terrible. Mirá lo asustado que está Biolcatti, Miguenz, qué asustados que están por el ímpetu progresista de Pino Solanas y las drásticas transformaciones que promete Sabatella, cuando llegue a la intendencia de Morón. Y eso que la oligarquía no lo juna a Mazitelli, que si no, fa! Se quejarían de Proyecto Sur en el programa de Openhaimer.


3)

Por supuesto, las denuncias sobre las minas, en las provincias mineras, en Catamarca, en San Juan, no les dan bola. Y ahí hay que hacer política, no en TN. No en Palermo. No en Morón. No en Pilar. Así cualquiera. En San Isidro, en Olivos, ahí andan bien los progresistas. Ahí ven giros a la derecha, porque ahí, ahhhh, qué revolución que harán. Una revolución del diseño indumentario, quizás. Por lo demás, minga!, diría Enchastro.
Y el problema es ese. A mí, en el fondo, no me gusta este gobierno. No me gusta, aclaremos, ningún gobierno. Yo lo defiendo porque todo lo otro es peor, porque todavía, acá, en este espacio, se pueden decir cosas. No giladas, no decirle a TNmbaum lo lindo que era el Gran Capitán. Doctor Grondona, están saqueando el país. Eso es una joda, para la gilada. Para Palermo. Ahí donde mora la gran gilada nacional, ahí donde mora el progresismo. Donde conviven milicos retirados con chicos raros que preparan una insurrección en el campo de la semiótica. Donde hay fanzines y teorías sobre los fanzines, donde hay grafitis y teorías sobre los grafitis, donde hay tatuajes y teorías sobre los tatuajes. Donde mi abuela quizás se asuste, pero reconozca, eso sí, que hay seguridad, y en eso, Mauricio, me saco el sombrero. Ahí donde hay minas que están muy buenas, que estudian antropología y defienden las culturas indígenas y la diversidad, ahí donde hay pequeños empresarios con empleados en negro, profesionales del bisturí y profesionales del chamuyo, como yo. Ahí donde reside el complejo de inferioridad nacional, ahí donde todos tienen demasiada autoestima personal. Ahí donde se reemplaza la misa por el psicoanálisis. Donde juntan útiles para una escuela del Chaco. Donde los adolescentes dicen pasate y me firmás y los adultos entristecen. Donde la noche está llena de luces y todo joven es una promesa, una posibilidad.
El problema es que está en juego una disputa, por primera vez desde que leo el diario, con la clase decisiva de la historia. Con la oligarquía. Eso transcurre mientras tanto.
Pero en el fondo, yo digo la verdad. No me gusta el gobierno, me gustaron algunas cosas, muchas, y me gusta los adversarios que tiene, por esas cosas que me gustaron. Que son mis enemigos, los adversarios del gobierno. Y hay un problema que en el fondo es cultural: a mí no me gustan los independientes, los autoconvocados, los originales, los que asoman la cabeza al barro de la historia y siguen con el cuello de la camisa reluciente.


4)

Pero, a mí me molesta que la buena gente de Federación Agraria sean vecinos míos. Yo quisiera, profundamente quisiera, que se mudaran, que tengan un barrio en Miami al lado de los venezolanos, los cubanos, los bolivianos. Yo quisiera que pidieran asilo como Antonini. Yo quisiera que se abrieran empresas municipales de alimentos, para construir la fuerza social que banqe duplicar las retenciones. Yo quisiera un esquema de nacionalización de hidrocarburos. Yo quisiera que los gerentes petroleros, los Sapag, los Das Neves, perdieran las elecciones. Yo quisiera que el estado, los servicios estatales, sean para todos. Yo quisiera que las preocupaciones presupuestarias no pasen por universidades y escuelas privadas sino por escuelas en el norte. Ese sarmientismo básico, incluso. Yo quisiera audacia. Pero, cuidado: desde que voté a Patricia Walsh en el 2003, no paro de sorprenderme por la audacia de Kirchner.

5)

El problema es que no hay giro a la derecha. El problema es que el gobierno siempre fue así.
El problema es que el gobierno quiere quedar bien con la clase media, el gobierno quiere ser de centroizquierda, quiere ser bien recibido en los cócteles del progresismo. Quiere quedar bien con la tilinguería progresista, y eso me hincha las pelotas. Los que proponen reforma fiscal “distributiva” y es puro verso, para aumentar rentabilidad empresaria. Porque cuando hay que bancar las retenciones, se hacen los boludos. Porque, el principal problema fiscal del país es el 40% de empleados en negro. Y la baja sindicalización también. Es un problema fiscal, político, central y estratégico. Es más urgente e importante que la personería de la central estatal autónoma de los partidos masivos.
El problema es Lozano, el diputado de Ibarra que de un día para el otro, los que éramos de la CTA, nos sorprendimos encontrando a un revolucionario. Eso sí, mientras la revolución no llegue, mientras tanto, estamos con la Federación Agraria. Con la patronal que tiene sus campos no en Palermo, no en Barrio Norte, no en Rosario, no en la ciudad de Córdoba. Ahí tienen sus casas, sus departamentos. Lo curioso es que no votan a sus defensores, a los del SI pero ahora no, a Lozano y su nuevo sello, a Pino Solanas y su nostalgia. Esta radicalidad de gráficos estadísticos y monobloques legislativos, en fin. En las peluquerías de Recoleta caen simpáticos.
El problema es dónde se puede pedir grabar la renta financiera. ¿En TN, en la Intendencia de Morón, en el partido de Bonasso?
El problema no es un giro a la derecha. Eso no lo cree el FMI, los gerentes de las AFJP, la Federación Agraria, el Partido Socialista, los –tápense la nariz los finos- intendentes del conurbano, no lo cree Tabaré y Lula y Bachelet y otras expresiones de la izquierda Investiment Grade.

6)

Pero, ahora, los profesionales de la reelección legislativa, abandonarán de a poco el barco. La que se viene, va a ser dura. El racismo, la humillación, la venganza. Eso será el 2011. Así que yo no puedo irme. Me cago en Massa y su vocación de pago al Club de París. Me chupa un huevo Graciela Ocaña, ni hablar Débora Giorgi. Y cuando lo veo a Randazzo en la televisión, pienso en ir a hacerme las uñas.
Siempre preferí al chorro de mi barrio que a los finos progresistas. Siempre preferí al borracho que pasa una noche en la comisaría, lo preferí al banquero liberal.
Siempre me cayeron mal los patrones, y nunca les creí nada.
Pero hay que convivir con ellos. En este país, no tienen partido. Tienen a todos los partidos. Menos al de Castell, ése lo atienden mandándole vaquitas.
Es cuestión de honor: no es hora de abandonar el barco. Cuando mañana, Basteiro ya esté con otro oficialismo, Libres del Sur cambie de nombre, Capitanich vuelva a su regazo, cuando mañana Sabatella se “diferencie” y el diario Perfil cierre por misión cumplida, cuando mañana muchos miren para otro lado cuando se diga que fuimos una dictadura, cuando se comience a desandar todo lo que a mi me gustó, cuando eso suceda, yo voy a seguir diciendo que prefiero a Guillermo Polémico Moreno mucho más que a Macri. Que me aburriría soberanamente en un asado con Binner, pero no con D Elía.
Que el kichnerismo tuvo errores, que hubo cosas que no me gustaron ni me gustan, pero que, simplemente, me gustó todo lo que molestó y molesta a la gente bella y linda que mora en Palermo y prepara su revolución en el campo de los celulares. Una nueva tendencia, que le dicen: que durará un suspiro y una nota de Sebastián Campanario en Clarín.

7)

En fin, todo ese país chiquito que mira a Europa con nostalgia. Los que bajaron de los barcos y araron la tierra. Los que marcharon en el Corpus Cristie y festejaron la vuelta de la democracia en el 55.

No sé. Que total. Che,Ingeniero, vamos allá a la esquina que todavía está abierto. Traelo al viejo Andrés. Que lo malo de la noche es que después amanece. Verbo, llamalo al mozo.
Que si no amaneciera, la noche no sería intensa. Que total, acá en San Telmo, nadie se da cuenta que Omix es peronista y Manolo del conurbano. Hay otros extranjeros, te confundís entre la gente. En Palermo no pasaría. Ahí uno es moderno, es viejo, es feo. Ahí somos los grasas. Los que se escaparon del zoológico.
Pasa que yo sigo creyendo que los extranjeros de este país que viven en el interior, los hermanos latinoamericanos del conurbano, bah, toda esa negrada, es la que sostiene esta desgracia que somos, es la que atrasa: el camino al suicidio de tantos y tantos aventureros liberales y tímidos progresistas.