Se acercaba fin de mes y yo no había pagado los impuestos. Pero, tenía, además, un cheque por cobrar. Pero en una ciudad a 200 kilómetros de mi ciudad, porque era un cheque oficial y la firma –no lo firmó el Intendente, sino unos secretarios- no estaba registrada en las sucursales ni de Paraná ni de Santa Fe. Un viejo trabajo sobre comunicación que ya me había olvidado pero, a fin de mes y debiendo los impuestos, venía de maravillas. Lástima que el banco cerraba a la una y perdí el colectivo, porque despertarme a las siete de la mañana para mí sigue siendo una escena muy compleja. Así que lo llamé a mi hermano y me llevó, casi volando. Llegábamos justo, yendo a un promedio de 150 kilómetros por hora. En unas rutas de mierda. Mirando la soja pasar. Pero un tramo de la ruta estaba sin asfalto, lo estaban arreglando y funcionaba un solo carril. Así que después de esos 300 metros interminables –qué larga que estoy haciendo la introducción, pero bue… - aceleró más y cuando apenas faltaban 15 kilómetros para llegar a la ciudad el auto no quiso cambiar de gas a nafta y se paró. Bien. No llego, pensé, pero no hay problemas: le pido plata a mi hermano.
No, no tengo: te iba a pedir a vos hasta que yo cobre el lunes. Para mi hermano, un fin de semana es un compromiso religioso con la noche, y eso, maldito capitalismo, requiere dinero. Así que mientras él intentaba arreglar el auto yo hacía dedo.
Me levantó un hombre, acompañado de un viejo muy viejo que después supe era el padre, y en el asiento de atrás una chica de mi edad. Íbamos conversando de camino, sobre las cosechas, lo lindo que estaba el día, que qué lástima que el gobierno les quitó rentabilidad a los productores, las barbaridades que hace Cristina con la plata que le roban al campo, porque este país vive del campo….
-Cristina no roba la plata, le digo yo y me miraron como si fuera un extraño muy pero muy vil. No, me explico, es el marido, él la obliga: ella pobrecita ni sabe lo que hace.
Todos exhalaron el aire contenido, aliviados, inclinaron la cabeza con pesar, y me dieron la razón. Pero al rato ya no: para mí, que ella también es culpable, dijo el conductor, y dale que va. Discutimos un rato si el culpable (no hacía falta aclarar demasiado de qué era culpable) era Kirchner o los dos. Amablemente coincidimos todos: son los dos.
Pero, ojo, fue mi aporte, todos los políticos son iguales, y nueva ronda de simpatías.
Me dejaron en la puerta del banco. Los saludé con gracia, casi con cariño. Buena gente, un poco pavotes, pero buena gente. Cuando me preguntaron a qué me dedicaba, les contesté lo apropiado: soy productor.
El banco estaba cerrado, pero le lloré al contador (lo hice llamar con el cana de la puerta) y me pagaron el cheque.
5 minutos después llegó mi hermano, que había ya arreglado el auto.
Dos noches después estaba en una cena. Con una familia curiosa: él, un estúpido importante, arquitecto o algo así, ella una tarada con Personal Trainer, una hija adolescente que juega al Tennis y (me imaginé) en sus ratos libres se acuesta con media CGT, y un nene que habrá nacido en otro país porque no conocía nuestro idioma, solamente se rascaba los mocos y decía mamáaaaa eto no me guta mamá!,
Ahí estaba, comíamos algo que nos servía una empleada doméstica muy servil, y el hombre, que no quería hablar conmigo lo que debíamos hablar mientras estuviera presente su familia, le dice a la mujer: él es periodista.
La mujer se entusiasma, tres minutos, y cuando supo que yo no era el que usa gomina en el noticiero de Telefé, perdió todo entusiasmo pero, ojo, la cosa empeoró, porque como que la mujer se sintió obligada a decir cosas inteligentes. Como hacer chistes sobre el INDEC.
Y la mujer, muy informada, sabía cuánto costaba la vestimenta de la presidenta. Esas cosas, a la gente como uno, las indigna. Y yo no me quedé atrás. Además cuestioné la frivolidad de la hija de los Kirchner, hice más chistes sobre el INDEC, puse cara de preocupado por la falta de respeto a las jerarquías sociales que traen estos negros agrandados, y así. Pero, guay, esto siempre fue así: con Perón era peor. Aunque estos, mirá, ni siquiera son peronistas, son todos zurdos, y montoneros.
El hombre me miraba extrañado y avergonzado. La mujer estaba chocha. La hija mandaba msj de texto, como si yo no existiera.
Terminamos de cenar. El hombre postergó lo que teníamos que charlar para el otro día, en su oficina, así podemos hablar más tranquilos.
Nunca me llamó.
Lo comprendo, es difícil ser diputado justicialista y que le tomen el pelo a tu esposa, y en tu propia casa.
Está muy bueno actuar de republicano, lo malo es equivocarse de escenario.
11 comentarios:
Pense que te ibas a encontrar con el q te levanto pra ir al banco.
Me imagine que al final todos terminan diciendo "Cristina Roba" solo para no quedar mal, pero en algun sitio oscuro y secreto todos se reunen a decir "Cristina Gobierna".
En fin.cosas q pasan vio.
Muy bueno el relato.
Y si, uno no entiende de que carajo nos quejamos los argentinos. Comemos carne, nos sobra agua, tenemos aire libre...
Es imposible ponerse a cambiar opiniones con un opositor. No la voy de santo, apoyo este gobierno, pero lo hago siendo critico. No digo "todo esta bien".
Pero alguien que esta en contra, nada le parece bien. Recien vengo de leer opiniones en perfil, Madonna se reunio con los De La Rua. Se mofaban "Kristina, te quedaste afuera, ni un te te invito Madonna" o "como la iba a invitar a comer, mira si se tenia que cruzar con el impresentable del marido".
Se imaginan si hubiera cenado con Madonna... creo que esta noche tenemos cacerolazos... el odio, el inconformismo pelotudo de algunos argentinos no encuentra explicacion racional.
Que buena medida las de las AFJP, servira para ser solidarios dije... "claro, mientras nosotros somos solidarios, esa yegua se compra carteras Louis Vouton" responden... que carajo tiene que ver una cosa con la otra?
Argentina nacio... y ahi quedo detendia en el tiempo. No somos solidarios. No tenemos madurez. Hay un racismo, un desprecio por los pobres o los que menos tienen, que harian sonrojar a un Nazi en la Bavaria de 1930.
El tema aca es que en 200 años, los que siempre manejaron a los gobiernos a su antojo, se encontraron con alguien que se caga en los acomodos. Antes llegaban a los despachos... y se cedia. Hoy no pasa mas, es "momentito, a ver, esto le conviene al pais"...
y no se bancan esa afrenta.
Me gustaria loguearme, pero no supe como. Uso el nick Marcelozonasur en otros blog, agradeceria alguna ayuda.
Muy bueno el blog, felicitaciones.
si, te equivocaste de escenario, tendrias que haber ido al Maipo.
saludos,
somoslarabia
Veo que ha recuperado mordacidad. Lo felicito.
Salute.
Hay que cagarlo a pedo un poco a Ud, Vamos Anahí.
Ud. es un populista incurable y culposo
jajajaja me encantó jajajaajaja buenisimo.
pobre boludo, que feo jajaja no puedo para de reir
excelente!
Che, pero ese diputado justicialista, no era un defensor de los pobres y luchador social?
Era del Frente para la Victoria, no?
Pobre seguro que no es.
César
PD: me chupa un huevo si a la verdad le dicen "chicana".
triste experiencia... todo esto pasa por tener un hermano ebrio...
Mauri, sí, pero está cierta cosas de declararse inocentes que lo impide, supongo.
Marcelo: estoy de acuerdo con tus comentarios.
No tengo ni idea de qué le pasa a lso comentarios. Me avisó un amigo pero no sé como solucionarlo, ya veré-
Somos larabia, sí, supongo que ahí, era más divertido!
anahí: recuperado? jaja
Charlie, cierto, sí.
Gracias, Gonzalo!
César, del FPV, claro.
Marilú, mi hermano tiene un hermano ebrio.
Ante situaciones parecidas, yo asumo inmediatamente la pésima presidencia de los K(ahí los gorilas entran como por un tubo), pero mi siguiente reflexión es que no quiero volver al 2001 de ninguna manera porque....y va todo mi argumento irrefutable, con mis mejores modales y el mas puro vocabulario; acto seguido vinculo a la Carrió, Duahlde, Caavallo, Martinez de Hoz, y la mar en coche a tan desgraciada situación al que nos llevó el neoliberalismo.
Les aseguro cumpas que los dejo hecho remierda.
ANA (la princesa rusa)
ya se lo que es viajar con tu hermano---
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