En todo caso, hay un movimiento reflejo en lo que pareciera ser el repliegue del kirchnerismo hacia posiciones dentro del justicialismo. En ese sentido, entonces, es natural que mientras el justicialismo parece recomponerse y reconfigurarse bajo el liderazgo kirchnerista (digo parece, porque creo que es un proceso abierto, no definitivo ni cerrado), la oposición de cultura radical, también comience a unificarse, bajo un sesgo, ahora, de centro derecha. Del mismo modo en que, durante el menemismo, la cultura pararadical se refugió en paradigmas de centro izquierda, aliándose al Frepaso.
El tema es si estas son tendencias o movimientos reflejos. Y yo creo que, hoy día, son movimientos reflejos, búsquedas. Pero la recomposición del justicialismo como partido nacional, está lejos de concretarse, y lo mismo la del radicalismo. Esto en el marco de una crisis profunda del sistema de partidos, enmarcado, a la vez, en una crisis de los paradigmas de organización política en todo occidente, y una persistente crisis de las ideologías.
¿Cómo, o bajo qué parámetros, definir si se trata de una tendencia profunda, ascendente, o bien un movimiento reflejo?
A través de los sondeos, se observa que, en diversas regiones –las más pobladas- hay pocos ánimos de votar, en general, partidos (sean UCR, PJ, PRO, CC) y sí, en cambio, construcciones simbólicas lideradas por tal o cual. Esas construcciones simbólicas, remiten a la vez a culturas políticas preexistentes, pero que no se encuentran visualizadas por los electores como tales. Es decir que, alguien votante de la UCR es más proclive hoy a votar a Carrió que a la UCR, pero menos todavía a Cristina Kirchner. Esto a grandes rasgos: hay mucho voto cruzado, bajo el estallido partidario (Cómo, sino, entender las recientes elecciones en Santiago del Estero, o el masivo voto porteño a un menemista como Macri…).
Cuando digo a grandes rasgos, me refiero a superestructuralmente. Y esas superestructuras reflejan, entonces, estos movimientos, del modo intuitivo y reflejo, pero no alcanzan a contener sino ya enamorar, en tanto formatos políticos. Tener fobia a una alianza, por ejemplo, es ridículo: nos gobierna una alianza, por ejemplo: el Frente para la Victoria es, sí, una alianza.
Estos movimientos reflejos entonces, a mi entender, son un poco automáticos pero no terminan de significar ni captar tendencias complejas subterráneas. Las estructuras clásicas, sean el socialismo, el peronismo, el desarrollismo, el comunismo, el radicalismo, necesitan aliarse a personas taquilleras electoralmente. La ideología juega un papel, muchas veces invisible (como, por otra parte, siempre sucedió y sucede en todas partes) y también juegan un papel las fuerzas sociales. Aunque este papel puede ser contradictorio, sigue existiendo.
¿Cuál eje, entonces, cruza ordenando ante cada elección el sistema de partidos? Yo creo que hay varios, y los pondría en este orden: hay un corte social muy cruzado por un corte territorial, inciden las culturas partidarias mezclándose con los cortes anteriores, y hay también ciertas leyes de gravedad propias de la construcción del poder que remiten al pragmatismo.
De modo que, creo, la recuperación de la UCR, es pasajera. Lo siento mucho.
3 comentarios:
¿UCR? ¿Qué es eso? Creo que había un partido antes de 2001 con ese nombre.
P/D: Con el giro a la derecha del radicalismo, del kirchnerismo (al menos según Libres del sur), del peronismo opositor, de la CC, del MST y varios etcéteras ¿qué nos queda? Aunque sea simbólico, digo.
¿Cuándo se empezó a desprestigiar la política?. Cuando los poderes económicos perdieron sus lobbistas en el Congreso, allá por 2001 supieron que aún estaban montados en la ola pero la orilla estaba cerca y pronto rompería. La plata ya la habían embolsado, así que eso que siempre fue su mayor problema ya estaba resuelto, ¿qué dejaban liberada entonces? la Democracia, pero la abandonaron con todos nosotros adentro. Primer intento para domesticar a los que nos quedábamos era "vota a Clemente, en Blanco o lo que sea", después vino lo de no meterse en política y baila por un sueño, por último llegó el discurrir tan mentado de la Moralina, sino nosotros perdimos el Poder, éstos que ahora lo tienen son todos chorros. A los ocho años de la gran crisis se dan cuenta que la crisis también era política entonces urgente mandan a participar en ella. Pero contrataron para la Obra Salvadora a radicales, menemistas, lo que hoy se divisa como oposición pero con nuevo rol protagónico "los ruralistas" que están pensando como van hacer para que sus plantitas de soja puedan votar así muestran el respaldo que tienen.
Muy gracioso el título...
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