Cuando fui a la parte de la carnicería del mercado (¿podés creer que estuve casi media hora en el mercado, solamente para volver y acordarme de todas las cosas que no compré?) una rubia angelical, de rizos de oro, me dijo: yo también le doy al perro, eso.
Bien, le dije. Pero yo, en cambio, lo como.
¿Al pucheroooouaj?
En fin, pobre pendeja, la dejé pasar. Adiós, siempre muy amable yo, claro. Pablo, todavía, hace los mejores pucheros del mundo. Todavía, también, es una comida venida a menos en la élite de las góndolas. Pero, bueno, como sea. Si mezclás, con cuidado, el jugo del puchero con mayonesa rebajada con limón y un toque de mostaza y un toque de ají con vinagre, qué aderezo.
Compré también un poco de pollo (a mí, la verdad, no me gusta en el puchero, pero bue…, hay que ceder aveces) y un pedazo de cerdo y unas morcillas, la panceta, las verduras de todos los colores y formas, y me aseguré de que el puchero tenga caracú, sino no vale. Igual, la clave está en licuar un repollo para con ese jugo además del agua hervir todo. Le da un sabor más consistente y es digestivo, además, porque uno come como para el campeonato, como un rey medieval. Y otra particularidad, quizás porque la carne queda suave: es mejor con vino blanco que con tinto. He dicho. Pero no me peguen, soy socialista.
¿A qué venía esta historia? A lo siguiente, la rubia en cuestión, que debe tener un perro de raza recién salido de un laboratorio alemán (un poco ácido el chiste, no?) tenía una equis en la remera. Una gran y roja equis. Una cosa rara.
Pero como la pelotuda me había ofendido con lo del puchero, que dicho sea de paso de comida de pobres pasó a comida de lujo porque la mayoría de las verduras cuestan, por kilo, lo mismo que, ponele, unas costeletas, en fin, suerte que está Guillermo Polémico Moreno que sino, decía que como me había ofendido seguí mirando las góndolas sintiéndome un eXtranjero y como pidiendo ayuda (nunca, hasta ahora, me he sentido cómodo en un mercado, es algo eXtraño, empedernido, pero es así) y tratando de elaborar una teoría eXpress contra las equis.
Y ya la tenía. Partiendo de la base de que ninguna rubia concheta puede tener algo positivo, la equis, entonces, estampada como una bandera, un perro de raza aria, una vida eXcluyendo y con temor a ser eXcluida (acá, entonces, verás, empiezan a aparecer las equis), una vida donde lo peor que te puede pasar es que te eXpulsen de un lugar eXclusivo, es una vida con equis, eXpuesta a las equis.
Y eXplayándome: la equis solamente eXpulsa, eXcede, deja detrás lo que está de más, niega, habla de un afuera. La equis es neoliberal. Fijate que, además de inútil en nuestro abecedario, sin función concreta y absolutamente reemplazable como, por ejemplo, una doble ve o una hache, fijate, tiene hasta vergüenza de nombrarse. ¿Sino, porqué hache se escribe con hache y no, ponele, ache sin hache, y en cambio la equis se escribe con cú y no exis con equis? Porque le da vergüenza, obvio. Porque sabe el rol, nefasto, que cumple en nuestro vocabulario.
Facebook, por ejemplo, ese mundo incomprensible, debería escribirse Faxebook. Si ahí, fijate, están todas las ex!
Y voy a hacer una eXcepción, con la equis.
¿Porqué tachamos con la equis y no, por ejemplo, con la o? Porque la equis todo lo que ve lo niega. La equis es como el programa Gran Hermano. Sino te eXpulsa, es incomprensible, carecería de sentido ver veinte boludos viviendo en una casa, contándose vidas aburridas, sin eXtravagancias. El miedo a la eXpulsión es la pulsión que a todos nos late, es la gracia del asunto.
Vamos a la eXcepción.
Puede servir para los nombres. AleXis, Ximara, Ximena, X Men. En todos los casos, como el uso de la K, es reemplazable perfectamente por otra letra y a nadie se le caería la corona. Pero, ahí está la eXcepción entonces (viste, si necesitás hablar de una regla usás las gastadas erres y eses, para la eXcepción, la puta equis) sirve, para eXplicar.
Lo cual, si te fijás con atención, tiene lógica. Si la equis, que por algo nena no se escribe con equis, si no sirviese para eXplicar, para eXplicarse, entonces, directamente nadie la usaría, nadie le daría bola. ¿Qué demuestra esto? Que la eXclusión, la eXpulsión, la eXclusividad, la eXcepción, tienen una eXplicación.
Esos debates donde participan intelectuales como Dorio, Eliseo Verón y que conducen tipos serios como Badía, hablando de Gran Hermano, no serían una suave boludes o una contundente pelotudes, sino el relato justo, inútil, adictivo, de los miedos de la época. Conclusión, si la equis no existiera, habría que eXtraerla de algún sonido que pudiera eXplicar el miedo a la eXclusión.
8 comentarios:
Exquisito!!!! Siempre pensé que, excluyendo los casos de vida o muerte, nuestras explicaciones son mejores que las que pueden darnos los protagonistas. Ah, y te olvidaste del Vengador X. Saludos.
La única X grosa es la de MalcomX
Excelente, eh, mejor, Esssselenteeeee
ineXorable post, lo leo desde hace tiempo, espectacular. Los franceses tienen una Exis; la Exis córporal que Bourdie describe como el hecho mediante el cual la cultura se hace carne... interesante concepto que podría tranquilamente describir a eso que usted denomina "miedo a la Exclusión". Aplicable también cuando dice que: "sólo los pobres comen puchero" cuando todos sabemos que: " de comida de pobres pasó a comida de lujo". En fin, lo de la rubia, eXecrable...
Saludos
La culpa de todo la tiene Artemio.
Simplificá Carrasco y afilá el lápiz, la rubia te echó el ojo, dijo una boludes para acercarse en una de esas ni perro tiene...
Una X son dos líneas que van por diferentes caminos pero "se cruzan"... volvé al mercado y además de comprar un digestivo que seguro venden,por más que debas comprarlo en Farmacias, buscá a la rubia... que por ahí ni es rubia... viste...
...y si la mina es promotora de Xerox?
ram
Fabiana, tenés razón.
Dag, d euna: Malcom X, se me pasó.
Andrea, me estás tirando onda, foo.
Ram, es una buena explicación.
foo???
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